Nuestro primer objetivo fue el de lograr obtener la torre más alta de todas las expuestas, pero sin que perdiera su estética, es decir, respetar lo que pidió el cliente. Primero pensamos en la base, ya que sin ella, no hay torre. Siempre se debe empezar por algo, y eso es la base de todo, lo que le da sentido, una estructura y una estabilidad a algo. Este concepto es el que compartimos todos los integrantes de esta agencia de Publicidad, en donde en base a una misma idea de trabajo, logramos resultados acorde a lo que esperan nuestros clientes de sus productos para con su público objetivo. Respetamos nuestros principios y forma de trabajo, siguiendo una conducta permanente admirada por aquellos que nos contratan, quienes nos confían cada vez con más seguridad, sus productos a publicitar.
Es por eso que, a la bolsa de papel higiénico, la rellenamos de bolas de papel de diario y en medio pusimos la torre formada por cilindros de cartulina blanca, tubos de diario y, sobre todo, y eso fue lo que más diseño y color le otorgó a nuestra pieza, una hilera de cartas españolas conformando la típica torre que uno hace desde niño.
Para poder mantener el equilibrio de nuestra torre, más allá de diseñarle una base por debajo, planeamos sostenerla desde arriba. Es así, como su largo permitió que pudiéramos sostenerla desde el techo, logrando nuestro propósito.
Obtuvimos la aprobación del cliente con el puntaje más alto, con lo cual, una vez más, estamos orgullosos de un nuevo éxito llevado a cabo por FISH Comunications.
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